Cada cana catro niños

Instalación y performance
Pájaros de porcelana y madera, cajas postales, fotografías y sonido
Medidas variables
2022

Unha árbore con doce canas,
cada cana catro niños,
cada niño sete paxaros,
cada paxaro co seu apelido

El año, los meses, las semanas y los días. El tiempo resulta ser la solución de la mencionada adivinanza popular gallega. El tiempo, su paso o su adecuamiento a las nuevas realidades, es apuntado en este proceso creativo como agente revelador de un hecho ostensible, el de la migración masiva a los núcleos urbanos. El proyecto ahonda en la problemática del despoblamiento del rural gallego, especialmente acusado en la provincia de Lugo. La artista desarrolla este trabajo en su aldea materna, en la que, de veinte viviendas, sólo cinco permanecen habitadas, siendo probablemente sus actuales residentes, también los y las últimas.
Cada cana catro niños propone una instalación de carácter performativo. Basándose en la tradición del envío de tarjetas postales para mantener el contacto y ponerle imagen a geografías desconocidas, Roja realiza un mapeo fotográfico, sonoro y humano del lugar. De cada una de las casas aún ocupadas, portando el paisaje sonoro recogido desde sus respectivas ventanas, partirá, hacia el actual lugar de residencia de las persoas que abandonaron definitivamente el hogar familiar, una pieza de porcelana en forma de pájaro. La acción se completará cuando las figuras cerámicas, una vez recibidas, sean colocadas en las ramas de algún árbol del lugar de destino, mezclándose con el imaginario y la sonoridad urbanas. A la vez, un pájaro de madera con remitente en la diáspora uruguaya, se posará en el fresno que nos recibe en el Museo Pazo de Tor, con un pico abarrotado de ecos de una urbe lejana físicamente pero cercana en el acto íntimo de recordar.
Cada cana catro niños intenta ser un ejercicio de rescate de la memoria individual y colectiva, poniendo en valor las imágenes de lugares y comunidades ignoradas a propósito por el Google Street View y los sonidos de un entorno en peligro de extinción, a fin de hacer hincapié en los modos de construcción de los discursos culturales.
Cada cana catro niños es un proyecto en proceso de carácter colaborativo, desarrollado gracias a la complicidad de la ceramista Esther Quintas (Como cuando), el fotógrafo Miguel Vidal, los artistas sonoros Honorino García y Jesús Andrés Tejada, el escultor Luis Balbuena y el vecindario de la aldea de Eixibrón más sus familias emigradas.

Cada cana catro niños es un proyecto llevado a cabo en el Museo Pazo de Tor durante las Residencias de co-creación artística con la comunidad y el entorno rural DA Terra Semente DÁ Semente Terra, coordinadas por Vaciocero Servicios Culturales y organizadas por la Red Museística de la Diputación de Lugo.

Fotografía: Miguel Vidal